¿A qué llamamos radicalismo?

La cultura occidental, acepta normalizando a base de puro Marketing aquello que interesa vender al consumidor hambriento de nuevos productos.

Su santidad el Pastor aleman Ratzinger visita Valencia, y toda la corporación se vuelca en no sé que pantomima de la Familia. (La familia como lo entiende la iglesia, la misma que niega a sus propios militantes clérigos). Hipocresias aparte.

Mueren 42 personas en un fatídico accidente, pero la presencia del Dios en la tierra eclipsa toda tentativa de investigación por el caso. Cuando se vaya, hablaremos. Se le echa toda la culpa al pobre chófer de metro, jamás hablaron los muertos en un juício. Caso cerrado.

Mi post no va por ahí, Consideramos radicalismo, al islamista que entrega su vida por una causa que el cree justa, su vida y la de otros, claro. Al budista que medita a sólas con sus miserias y su afán de perfección, a Zapatero, a Rajoy, y a la madre que nos parió. Pero nadie ha caído en la cuenta que 2 millones de fieles, coreando el nombre de un anciano que vive en la más indecente de las fortunas, que lleva sobre su cuerpo una cruz de plata y tal vez de diamantes, viene, tan sólo a decirnos como tenemos que formar una familia. ¿de fondo?. La homofobia, y la neofobia, es decir, miedo a lo nuevo.

Cánticos, alabanzas, rezos, y la banca vaticana, cada vez más rica, y los negocios eclesiasticos más en boga y... yo me pregunto.

¿A qué llamamos radicalismo?